Sinead O'Connor será recordada por siempre como la cantante irlandesa que hizo suya "Nothing Compares 2 U" de Prince, convirtiéndola en un himno para los corazones rotos.
La cantante, que falleció a los 56 años, sufrió de problemas mentales y reconoció que pasó sus últimos meses de vida como una “criatura nocturna no muerta” desde que su hijo Shane, de 17 años, se quitó la vida en enero de 2022 tras escapar del hospital mientras estaba bajo vigilancia por suicidio.
Solo unos días antes de su muerte, en lo que parece ser su publicación final, la cantante volvió a recordar a Shane como el "amor de su vida" y la "única persona que me amó incondicionalmente", y agregó que se sentía "perdida" sin él.
En respuesta a un tuit que pedía a la gente que describiera su vida usando emojis, O'Connor publicó una gran cantidad de emojis llorando junto a una foto de ella y Shane. Y el 17 de julio escribió: “He estado viviendo como una criatura nocturna no muerta desde entonces".
Y agregó: "Fue el amor de mi vida, la lámpara de mi alma. Éramos un alma en dos mitades. Él fue la única persona que me amó incondicionalmente. Estoy perdida sin él…”
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O'Connor se casó cuatro veces y tuvo cuatro hijos, el mayor nació en 1987 y el menor, Shane, en 2006. Se ganó una reputación por sus coloridas declaraciones públicas, escribiendo una columna en el Irish Independent en 2011 explicando que su vida amorosa era tan mala que "los objetos inanimados están empezando a verse bien".
Su álbum de 2014 "I'm Not Bossy, I'm the Boss" fue bien recibido, pero se vio obligada a cancelar la gira a mediados de 2015, alegando agotamiento. Sus publicaciones en las redes sociales se volvieron cada vez menos filtradas, a menudo amenazando con emprender acciones legales contra antiguos asociados, refiriéndose a dificultades de salud física y mental y discutiendo problemas con su familia e hijos.
En noviembre de 2015, anunció en Facebook que había "tomado una sobredosis" mientras reservaba anónimamente en un hotel, pero la policía la encontró a salvo. Y en junio de 2016, la policía de Chicago recibió un aviso de que podría haber estado amenazando con saltar de un puente, pero desestimó los rumores como "chismes falsos y maliciosos".
Se convirtió al Islam y cambió su nombre a Shuhada' Sadaqat en 2018 y pasó los últimos años de su vida dividiendo su tiempo entre Irlanda y Gran Bretaña. El 8 de julio, contó a sus seguidores que se había mudado de regreso a Londres después de “23 años de ausencia” y dijo que estaba “muy feliz de estar en casa”.